Familia no permite fotografías en velatorio de transexual Karlota en Santurce

Desde el interior de las capillas A y B de la Funeraria Borinquen, en Santurce, se escucharon simultáneamente gritos de profundo dolor de personas que se encontraban por vez primera con un familiar fallecido, poco antes de las 6:00 de esta tarde.

En una de ellas, la B, eran los familiares y allegados de la transexual Karlota, quienes lloraban desconsoladamente su partida y se abrazaban dándose apoyo emocional.

Karlota Brown, cuyo nombre era Carlos Alfredo Gomez Peña, de 19 años, fue asesinado en la madrugada del lunes en la intersección de las calles Condado y Torre de la Vega, en Santurce.

El joven adulto murió tras recibir dos disparos en el pecho y uno en la mano derecha.

Representantes de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual y  transgénero (LGBTT) le han reclamado a la Policía que investigue el ángulo de crimen de odio, resultando infructuosa la petición al momento.

A Karlota le pusieron un vestido amarillo y una flor rosa artificial entre las manos.

Dentro del ataúd gris también había fotos de ella, sonriente y siempre posando para el lente.

Una cartulina rosa recogía los mensajes de despedida de sus amigos, mientras en el suelo se colocó un velón junto a un disco compacto y unas sandalias negras de tacón alto.

Su hermana Lizmarie había dicho el lunes a Primera Hora que el domingo Karlota había juntado esos artículos y que lucía feliz.

Precisamente, fue Lizmarie quien dijo a Primera Hora que su familia no se expresaría y que no autorizaría tomar fotos dentro de la funeraria.

Si habló Antonio Gómez, padre de Karlota, quien aprovechó para desvincularla de problema alguno que le haya provocado la muerte.

"Yo tengo un gran dolor. El que fue que sepa que mató a una persona humilde. Se la apuntaron con él", sostuvo compungido Gómez.

Aunque no residían juntos, el padre aseguró que se veían constantemente y que "mi hijo estaba tranquilo". No confirmó si Karlota se prostituía. "No sé", exclamó el padre.

Lizmarie había negado esa información.

Las dos más afectadas emocionalmente al entrar a la capilla fueron Ana Peña Martínez, madre de Karlota, y una de sus hermanas, quien está en avanzado estado de gestación.

La progenitora tuvo que ser sacada a la recepción, donde permaneció hasta calmarse.

"Era bien buena con todo el mundo. No le decía que no a nadie. Yo todavía no lo creo", comentó su amiga Mary, que la conocía hace un año.

Angel Luis Hernández, que se identificó como compañero sentimental de Karlota, recordó que ella lo ayudó a salir "del vicio" que lo mantenía en la calle.

"Salía conmigo al cine, a la playa, a la placita Cordero. Me ayudó a quitarme del vicio que yo tenía", expresó Hernández.

El activista de derechos humanos, Pedro Julio Serrano, acudió a la funeraria a darle el pésame a la familia.

"Aquí no hay motivo, no hubo robo. Es una persona que estaba en un lugar y la asesinaron sin compasión, que no le estaba haciendo daño a nadie", afirmó Serrano.

Solicitó una vez más que el gobernador Luis Fortuno se exprese sobre los asesinatos de 18 personas de la comunidad LGBTT en el reciente año y medio porque, hasta ahora, "el Gobierno ha demostrado que no les importa nuestras vidas".

La transexual Francheska González también fue al velorio y pidió a los testigos que hablen.

"Tenemos que hablar porque ésto es un atropello, esto es una amenaza, es injusto.

Hasta cuándo vamos a seguir? Esto se convirtió en algo descabellado", expuso González, quien se recupera de una golpiza que casi la mata dos meses atrás.

TOMADO DE PRIMERAHORA